lunes, 27 de agosto de 2007

Conociendo a nuestro Barrio Brasil

En la ciudad de Santiago se encuentra el histórico Barrio Brasil. Éste se caracteriza por sus casonas de los años 20, todas ellas pertenecientes a la clase alta de la época. Sin embargo, hoy todas ellas están transformadas en centros comerciales, especialmente negocios como lo son algunas importadoras de repuestos de automóviles, también encontramos pubs, restoranes, bares, entre otros.
El barrio está delimitado por las siguientes avenidas: Bulnes por el costado poniente, Manuel Rodríguez al lado oriente, en el norte por San Pablo y al sur por la conocida Alameda.

La avenida Brasil es una de las más transitadas por las personas que visitan el lugar. En ella se observan las antiguas construcciones las que están pintadas de rosado, azul, verde, etc. En las paredes de éstas hay rayados con expresiones que poseen contenidos sociales. Es posible leer frases como “Trabajadores al poder”, “El trabajo te mantiene abajo”, “Libertad a los presos políticos”. Pareciera que los ciudadanos aprovechan estos lugares para manifestar principalmente el descontento que sienten por este país, por ejemplo. En las murallas, todas ellas deterioradas, hay muchos afiches pegados que promocionan distintas fiestas de la ciudad.

Los lustradores de zapatos también se hacen presentes. Pareciera que ya no existiesen, sin embargo, en el barrio sí se logran observar a estos trabajadores quienes reciben dinero a cambio de limpiar los zapatos de los transeúntes.

Entre las calles Maturana, Compañía, Brasil y Huérfanos, está la plaza Brasil la que es el principal punto de encuentro. En ella, a parte de los árboles, bancas para sentarse, juegos infantiles, sobresale la feria artesanal que se ubica por uno de sus costados. En ella se venden distintos objetos propios de nuestra cultura, como gorros, ponchos, todos ellos de lana. Además hay libros usados, y accesorios como aros y anillos.

Barrio Brasil se caracteriza por el carrete nocturno debido a la gran cantidad y variedad de pubs, restaurantes, hoteles y moteles que posee. Donde más sobresalen es en la propia calle Brasil, pero también los hay en Ricardo Cumming. En la noche éstos reciben un público principalmente joven ya que el carrete en estos lugares es atractivo.

El Liceo de Aplicación, Salesianos de Alameda, Santa Cecilia, Santa Elena son algunos de los establecimientos educacionales que hay. Algunas de las iglesias son Capuchinos, Santa Elena, Preciosa Sangre. Restaurantes como “Los Buenos Muchachos” o bares como Baires son algunos de los más reconocidos.

Las estructuras han sabido transformarse, manteniendo la antigüedad, pero adaptándola a las nuevas necesidades comerciales. Sin embargo, resulta ser agradable transitar por estas calles, en las que algunas permanecen los rieles por donde alguna vez transitó el tren.
Subido por Macarena Carrión

miércoles, 22 de agosto de 2007

Las caras del barrio Brasil

El barrio Brasil nace en la década del 20 del siglo pasado, se enmarcó como lugar de la creciente clase alta santiaguina que diariamente se reunía en la plaza del mismo nombre a hacer vida social. Pero con el tiempo, fue habitado por la también creciente clase media chilena. Actualmente el barrio, que comienza en la calle Brasil desde la Alameda hacia el norte, consta de numerosos locales de repuestos de automóviles, con calles en mal estado y un bandejón central muy bonito, compuesto de pasto y palmeras, en algunas partes incluso tiene flores. Al seguir caminando hacia el norte, a partir de Agustinas, disminuyen los locales de repuestos para dar paso a los locales de esparcimiento: varios pub`s y en menos cantidad restoranes y cafés, así también, el olor a aceite de motor es cambiado por el olor a café y a humo de cigarrillo. También es en esta esquina, donde el tipo de gente cambia. De ser hombres con overoles que atienden los locales, ahora son los dueños de pub`s los que abundan, junto a jóvenes que, apresurados, entran al preuniversitario Pedro de Valdivia, que está ubicado en dicha esquina. Al mirar a la derecha, un grupo de adolescentes con uniforme, salen del colegio del mismo nombre. La mayoría de ellos, apenas sale del establecimiento, prende un cigarro, y se reúnen a metros del colegio, para dirigirse a la plaza Brasil, que está a menos de dos cuadras de distancia. Al llegar a esta, lo primero que salta a la vista, son sus coloridos juegos. Obra de la artista Federica Matta, fueron inaugurados en 1993, en colaboración con la Municipalidad de Santiago y empresarios. En un costado de la plaza, hay alrededor de 15 puestos de feria artesanal, pero muchos están cerrados. En ellos, sobran los aros, anillos y pulseras de macramé, posters de artistas y de equipos de fútbol, entre otros productos. Caminando por la plaza, hay un grupo de niños que juegan en las bellas esculturas, la principal es azul, con una cabeza en la parte superior, si uno se acerca, puede mirar en su interior, el que está lleno de desperdicios. Mientras los niños juegan, un grupo de señoras, seguramente empleadas, los vigilan, mientras conversan animadamente, sentadas en otra escultura hecha para los efectos. En el costado sur, hay una rampla de skate, pero que está cercada por una reja con candado. Alrededor de la plaza hay muchos edificios, que no superan los 5 pisos, todos antiguos, excepto uno, ubicado en el costado norte. Este claramente desentona con el resto por su estilo moderno. En la misma calzada, está la 9ª compañía de bomberos, negocios de libros, un ciber café, También hay un colegio y el Galpón Víctor Jara. También hay un local de comida china, que llama la atención por su gran tamaño, su nombre: “Los Chinos Ricos”, es sólo una anécdota para quienes lo frecuentan , por la mala calidad de los alimentos. A las 5 de la tarde, el ambiente es muy tranquilo, la mayoría de las personas que lo rodean están terminando sus jornadas, y conversan sentados en la plaza, que claramente es el centro de reunión del barrio. Todo esto sucede mientras las llamativas palmeras vigilan las distintas escenas, y los juegos reciben a los pequeños que miran con asombro los vistosos colores. Definitivamente, estos son el broche de oro de este desigual barrio, que muestra distintas caras y facetas.
Subido por Mónica San Martín

Caminando por Brasil

En plena comuna de Santiago se encuentra el Barrio Brasil. Este lugar ha pasado por una serie de cambios a través de los años, consolidándose así como patrimonio de nuestra capital.

El esqueleto del barrio es la avenida Brasil. Su creación fue impulsada por Ambrosio O’higgins, quien decidió construirla con el objetivo de hacer un camino hacia Valparaíso. Esto no fue lo único que creó, ya que prontamente estuvo finalizada, comenzó a expandirse rápidamente un nuevo sector residencial.

La historia del barrio se remonta hacia mediados del siglo diecinueve donde comenzó a ser habitado por gente de altos recursos que conformaban la aristocracia de la época. Ellos construyeron grandes casonas las cuales fueron habitadas por más de setenta años, ya que luego decidieron emigrar hacia el sector oriente de Santiago, lo que hoy se conoce como el barrio alto. Esto provocó un deterioro considerable del lugar y por ende significó que se hicieran cambios importantes. Es así como a mediados del siglo XX hasta hoy, se ha intentado embellecer la zona. Para esto se ha recurrido a la cultura, al comercio y a la vida bohemia, que sin duda refleja lo que hoy es el Barrio Brasil.

A sólo pasos del metro República se encuentra el comienzo de la avenida Brasil. Es una calle de doble sentido separada por altas palmeras, de unos 5 metros, que le dan vida a un transitado lugar. Por ambas veredas es fácil observar comercio dedicado a los repuestos y accesorios automovilísticos. Hay distintas tiendas para todos los gustos. Están aquellas pequeñas, de no más de dos metros cuadrados, donde sus dueños colocan todas esas luces y chapitas metálicas amontonadas. Por otro lado hay aquellas más sofisticadas, con puertas que se abren automáticamente, donde sacas un numerito y hablas con una especie de doctor en pernos o tuercas. Caminando hacia plaza Brasil veremos todas estas casonas o mansiones antiguas de colores exóticos: rojos con amarillos, verdes con blancos, azules con celeste, etc. Estos son ahora restaurantes, lugares educacionales, pubs o pequeñas tiendas comerciales, por dar unos ejemplos. La mayoría de las murallas de estas estructuras están rayadas o pintadas con mensajes contraculturales, también hay muchas de estas que presentan un deterioro evidente y que hacen resaltar la antigüedad del barrio. De hecho, si uno observa con cuidado podrá ver la existencia de un tercer piso en varias casas. Estos están en pésimo estado y por lo general tienen una barandita de aspecto neoclásico acompañados de una que otra planta.

Llegando hacia Huérfanos encontramos el corazón del barrio: la plaza Brasil. Este es un lugar con muchas áreas verdes y juegos infantiles. Tiene más de un árbol legendario con raíces que sobresalen del suelo y con una altura que hace reflexionar a más de uno acerca de los años que llevan ahí. Los juegos, por su parte, presentan formas y colores abstractos pero que no impiden que los más pequeños lo disfruten. Todo esto es acompañado por distintas instituciones y locales. Entre ellos, la Novena Compañía de Bomberos, la Iglesia de la Preciosa Sangre, la Fundación Víctor Jara, centros culturales, restaurantes, clínicas psiquiatricas, botillerías, etc

Por la noche el barrio se transforma completamente, los pubs abren sus puertas a aquellas personas con hambre de pasarlo bien. Sin embargo, es un lugar peligroso, donde se ven historias de drogas, sexo y sangre.

Esta reseña es sólo el comienzo del reporteo de un barrio lleno información por ser descubierta y contada a toda persona que desee conocer más acerca de este interesante rincón de Santiago.

Subido por: Tomás Cifuentes M.